domingo, 18 de octubre de 2009

ASCENSORES Y CERCANIA PERSONAL


A pesar de que ya han pasado algunos añitos desde mi graduación de la universidad, aún recuerdo a mi profesor de ética profesional. Su tema favorito era la despersonalización, decía que en afán de la tecnología nos hemos olvidado de la persona y hemos dejado de lado el contacto físico. Ahora nos abrazamos menos, nos besamos menos y por supuesto, nos miramos menos.


Y esa teoría es algo que se puede comprobar perfectamente en las grandes aglomeraciones humanas, en las cuales el contacto físico es por norma general, indeseable e inevitable. Y aunque muchas personas detestan y evitan el contacto físico con personas desconocidas (sin que medie un atractivo sexual), en el día a día se ven forzadas a sostener contacto físico, algunas de estas situaciones son:


Situación forzosa 1: Ascensores: Un pequeño espacio de 2 metros cuadrados se convierte en una prueba de fuego para situar la mirada. Los hay quienes miran insistentemente el tablero que marca los pisos ascendidos, como si con ello apuraran el ascenso. Hay otros que se miran los zapatos, otros se esconden en una esquina como si los demás padecieran una enfermedad mortal. Pero ninguno se sostiene la mirada, a menos que solo sean dos personas en el ascensor y tengan ganas de flirtear (La heterosexualidad no es exigida en estos casos).



Situación forzosa 2: Transporte publico: Si se es de clase medio baja, y se reside en una ciudad mediana, una de las mejores fuentes de transporte es el autobús (ya que no tenemos metro ni subterráneo). En las horas pico, cuando los espacios se reducen y el hacinamiento se hace presente, el transporte publico se transforma en uno de los mayores experimentos de roce humano. Y es entonces cuando a medio día, con temperaturas de 38ºC y hambre por montones, se ve a personas de pie, sosteniéndose precariamente, rozándose brazos, piernas y bajando las miradas, haciendo equilibrio con los paquetes y carpetas llenas de papeles.


Sitacion forzosa 3: Largas filas para un concierto, entrada o servicio publico: Cuando se trata de un evento, la gente se somete a las mayores torturas, tales como trasnochar frente a la taquilla de la boletería o aguantar hambre por meses con el fin de ahorrar para comprar la boleta. Pero sin duda, la mayor tortura para muchos, reside en soportar apretones y empujones cuando la fila empieza a avanzar y el desespero se apodera de todos. En estas circunstancias, se puede perfectamente sentir la anatomía de la persona anterior y posterior a ti, llegando todos a ser parte de un sándwich humano de singulares proporciones.


Situacion forzosa 4: Ofertas y promociones: Nada hay más beneficioso para los bolsillos golpeados por la crisis, que las promociones. Y como muchos son los afectados, pero pocos son los escogidos, los sitios de promociones se convierten en tierra de guerra. Y es allí, cuando el contacto físico se hace inolvidable, ya que se mezclan los suaves toqueteos de los pervertidos, junto con los empujones de los ansiosos, como si de una sesión de bondage se tratara, mezclando dolor y morbo.


Estas situaciones de cercanía corporal, pueden empeorar si llegan a ver de por medio olores corporales fuertes. Me imagino que usar un ascensor (elevador) con una persona con halitosis, debe ser algo parecido a caer de cabeza en la boca del diablo, así que llegado el caso de sufrir cualquiera de estas invasiones al espacio personal, lo mejor no es enojarse, sino alegrarse al pensar que podrían ser peor.


Hasta la próxima ^_^

martes, 16 de junio de 2009

La mejor compañía para viajar




Ayer, tuve la oportunidad de viajar con el mejor compañero de viaje. Al desplazarme rumbo a mi trabajo, jamás creí que mi viaje fuera tan placentero.
Todo empezó cuando, me subí al autobús, pagué mi pasaje y busqué con los ojos un asiento desocupado. Todos estaban llenos, incluso había gente de pie, a excepción de aquel asiento, al lado de mi compañía ideal, era como si el destino nos llamara a sentarnos juntos. Yo me senté a su lado, y noté como los demás se me quedaban viendo, sin duda envidiando mi situación.

Fue mi compañía perfecta al viajar, porque no me preguntó la hora como excusa para iniciar conversación. Se mantuvo callado todo el viaje, permitiéndome disfrutar del paisaje. Tampoco se sentó como si el asiento fuera escriturado a su nombre. A pesar del calor, no emitía ninguna clase de olores corporales, y sobretodo no intentó sobrepasarse.

Cuando llegué a mi destino, descendí del bus, sin despedirme, pero dirigiéndole una última mirada de adiós. Y entonces comprendí que mi mejor compañía de viaje, eran 3 gotas de agua lluvia.

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Ayer en mi ciudad, cayó una verdadera tormenta (rayos incluidos). Cuando me ví en la obligación de tomar el transporte público, ya había amainado, pero las calles eran ríos artificiales.

El bus al que me subí, tenía una trampilla en el techo, que al quedarse abierta por descuido del conductor, permitió que el agua entrara y mojara algunos asientos. En el momento en que me subí, solo quedaba un puesto disponible, el único, porque estaba mojado con agua lluvia. ¡¡¡Incluso había gente de pie !!!. Yo, precavida como siempre, llevaba una toallita, con la cual sequé mi puesto, pero no me tomé la molestia de secar el asiento del lado.

¿Como es posible que la gente no lo hubiera secado antes? Tal vez por lo que dice el refrán, “lo que no nos cuesta, hagámoslo fiesta” refiriéndose a que no tenemos la cultura de cuidar las cosas públicas. Fue gracias a esa desidia pública que pude viajar cómodamente sentada, sin compañías desagradables

Así que mi consejo del día de hoy, si quieren viajar cómodamente, pongan dos o tres gotas de agua en el asiento contiguo (no sirve mojarlo completamente, porque pueden acusarlos de vandalismo), o coloquen una bolsa vacìa (no lleven una bolsa llena de cosas, porque se verá muy claramente su malvada intención. Verán como la gente no se toma la molestia ni de secar el asiento, ni de quitar la inocente bolsa vacía.


Hasta la próxima ^_^

viernes, 29 de mayo de 2009

¿REIRSE CON LOS NIÑOS O DE LOS NIÑOS?

Hace ya un tiempo vi en NPC un video de un niño que intenta jugar al hula hula sin ponerse el Hula Hula. De fondo, se escuchan las risas de los padres y de la hermana riéndose y motivándolo a que siga con su espectáculo gracioso, mientras el niño sonríe mirando a la cámara.

De repente, pensé (y recordé) a cuantas humillaciones se ve uno sometido cuando es niño. Desde cantar, bailar, decir cosas que no se deben decir y demás actos circenses, son usados por los padres que, orgullosamente exhiben al niño frente a las visitas, inflingiendo una humillación y un recuerdo doloroso para el futuro al pobre infante.

La reacción de las visitas generalmente suele ser una media sonrisa y una frase estereotipada del tipo “tan lindo el niño”. Luego depende, si son sinceros, querrán volverlo a ver, si por su parte son personas con sentido común que sufren con el espectáculo, se empezarán a despedir, inventando excusas, para largarse de esa casa de locos.

Otra manera de humillación infantil suelen ser las fotos de la infancia. Los padres guardan un archivo de fotos que envidiaría cualquier historiador. Desde la foto del parto en donde vemos a una madre sangrante, despelucada y con cara de loca abrazando a una masa informe sangrante que parece un bebe, pasando por la foto del baño (desnudismo gratuito), hasta las fotos de los grados escolares en donde parece que el niño se fuera a desmayar de pavor. Estas fotos son la entretención más recurrente en las visitas familiares. Y generalmente se tiene la foto más vergonzosa, enmarcada en marco de plata en la mesita de la sala de estar.

Afortunadamente nunca fui buena para cantar, bailar ni nada parecido. Eso sí desde pequeña dibujaba, así que mis mamarrachos era lo único que mis padres exhibían, lo cual minimizaba muchísimo la humillación. Como éramos de clase muy modesta (manera elegante de decir que éramos pobres), no teníamos cámaras fotográficas, en ese tiempo análogas, así que no tengo fotos mías desnuda en la tina del baño. Que aunque tenga 1 año de edad, un desnudo es un desnudo. Y afortunadamente no teníamos ni cámara de video que registrara algún episodio vergonzoso de mi niñez.

Esto ha hecho que sea una adulta feliz y tranquila…

El infame video, como prueba testimonial del como se debe educar un niño para que odie a sus padres y a su vida misma....

Hasta la próxima ^_^

jueves, 30 de abril de 2009

SALAS DE ESPERA II - LOS ENFERMOS PACIENTES

Después de mucho tiempo, vuelvo a actualizar el blog. Y esta vez es para continuar con la descripción de los pacientes que se ven en las salas de espera de los hospitales y clínicas.

El ansioso: Es aquel que siempre va esperando una noticia, para él ninguna gripe es inofensiva, ninguna molestia es ligera. Es fácilmente reconocible por sus hábitos nerviosos: Se come las uñas hasta sangrar, se mueve constantemente y persigue a las enfermeras preguntándoles los resultados de sus exámenes.

El mártir: ¿Un dolor agudo? ¿Las vísceras fuera de sus cavidades normales? Piernas astilladas? No importa, para el mártir, el dolor purifica, así que aguantará impasible cualquier dolor y solo cuando médicos o enfermeras se fijen en él, pasará a consulta, porque si no, es capaz de quedarse sentando en la silla con una sonrisa en sus labios, así esté al borde de la muerte.

El tonto: Es aquel paciente que nunca entiende nada. Si se le dice que venga preparado para un examen de laboratorio (que se hace en ayunas) el no dudará en desayunar perfectamente y para colmos, traer algo para comer. Si tiene que quedarse internado por cualquier circunstancia, trae ropa como para un viaje de un mes completo, y cuando le traen la comida del hospital, pide que le traigan más porque “uno no sabe que pueda pasar”.

La fashion: La fashion es aquella que más que enferma, parece que fuera al hospital a desfilar. Mientras los demás pacientes esperan su turno, la fashion llega con su bolso lleno de porquerías y se sienta a maquillarse sin la menor consideración por los demás. Pareciera que cuando llega a la clínica no padeciera el menor dolor, ya que no gime, suda o se queja.

La estrella de película: Se trata de aquellos que llegan al hospital rodeados de una horda de admiradores y admiradoras. Como no pueden entrar todos a la sala de espera, se quedan en la parte exterior, hablando y , en casos extremos, haciendo rimas a favor de la salud de su ídolo. Si el paciente requiere hospitalización, su habitación más parece un altar que una sala de enfermos, ya que estará repleta de flores, peluches y mil chucherías más.

Y con esto finalizo la entrega de “Sala de espera”, finalmente un Bonus Track:

Maneras de distraerse de la larga espera en las salas médicas:

- Escribir los post atrasados para tu blog, para ello prepárate con anticipación y lleva hojas y papel, sino, tendrás que hacer como una servidora, escribirlo en una mísera servilleta.
- Leer revistas tan antiguas que más parecen libros de historia de una biblioteca.
- Criticar a los demás pacientes, para esto es necesario ir acompañado, ya que no siempre tus “nobles observaciones” son recibidas de buen gusto XD.



Ejemplo de cuán bajo se puede caer cuando no se lleva nada para distraerse en las salas de espera, esta es la foto del presente post escrito en una servilleta (que estaba limpia)



Hasta la próxima ^_^

domingo, 5 de abril de 2009

SALAS DE ESPERA - LOS QUE ESPERAN

Tanto tiempo sin postear... Cuando inicie el blog me hice la promesa de publicar mínimo un post semanal, pero las cosas se complican y siempre hay una excusa, tengo más de 30 proyectos de post represados en mi libreta, pero nunca consigo digitarlos. Esta vez la excusa fue porque estaba en vueltas de una operación de mi mamá.

El procedimiento dió material para un post, y es que a pesar de laborar en el área de salud, nunca había estado mucho tiempo en una sala de espera. Pero esta vez fue diferente, tuve que esperar 6 horas en una sala de espera y pude observar la fauna que existe en tales lugares. Y es que las salas de espera suelen ser como mini zoológicos con su fauna particular y sus roles diferentes. Empecemos con algunos:

EL CONCHUDO (Descarado, sinvergüenza o atrevido): Este espécimen es el que cree que absolutamente todo el mobiliario de la sala es de su propiedad exclusiva. Como el león macho que marca su territorio, podemos verlo rondando la sala y reclamándola como suya. Si en la sala hay revistas para leer, no tendrá el menor reparo en cogerlas todas, llenar los crucigramas y finalmente, robárselas con la mayor desvergüenza. Si su espera es larga, no tendrá problema en quedarse dormido en el sillón más grande, en el cual caben 4 personas más, que ahora deben esperar de pie, y ayyyy de aquel que ose despertarlo porque se llevará una mirada petrificadota en el mejor de los casos.

EL CONVERSADOR: El conversador es aquel que llega y lanza una oteada al ambiente, si ve una víctima sola, que no esté leyendo algo o no tengo sus audífonos, se lanzarán inmediatamente sobre ella para entablar una conversación, iniciada siempre con una pregunta trivial del tipo “que calor hace, no?” o “esperando a alguien?” . Con este espécimen hay dos probabilidades, la primera es que sea un gran conversador y la otra es que sea un ser egoísta y vanidoso, que cree que la conversación gira sobre si mismo y lo tendremos durante horas hablando de los inteligentes que son sus niños o lo bueno que es su trabajo.

EL ANSIOSO: No importa si está esperando a un paciente que fue por cirugía o por uno que solo tiene dolor de muelas, el ansioso siempre cree que le darán malas noticia. Se puede identificar porque ya sangra de los dedos de tanto comerse las uñas, o porque acosa y corretea a las enfermeras pidiendo noticias de su familiar o amigo enfermo.

EL “DUEÑO DEL MUNDO”: Este personajillo es el más detestable de todos. Busca problemas donde no los hay, que si le dieron café, que si no hay azúcar, que la silla está muy dura o que el piso está sucio se convierten en un detonante para su mal humor y prepotencia. Cuando las enfermeras o personadle vigilancia le piden un poco de respeto, empieza a amenazar con su “primo que es dueño del hospital” y que hará despedir a todo el mundo. Se presenta con ligeras variaciones como cuando dice que tiene un tío político o un amigo policía del cual se sirve para amenazar a los demás.

Para el siguiente post ya tengo identificados a los tipos de enfermos que habitan las salas de espera y que complementan la fauna de ese pequeño gran mundillo.
Hasta la próxima ^_^

sábado, 14 de marzo de 2009

EL FIN DEL MUNDO Y LA PARANOIA



Escuché hace unos minutos, un reporte radial sobre un meteorito que se acercó peligrosamente a la superficie terrestre. Detectado por el observatorio astronómico de Pasto (Colombia), la noticia saltó a primera plana y se fue modificando, empezando desde los dinosaurios y terminando con las profecías mayas.

Y precisamente de eso es lo que más se habla. De la supuestas profecías mayas y su predicción acerca del fin del mundo en el año 2012. Aunque ignoro si el Apocalipsis que predicen es tan sangriento como el de la Biblia, no deja de intimidarme, porque fin del mundo es fin del mundo y yo no quiero que se acabe.

Es por eso que acudí al santo de moda, “san Google” y luego de algunas búsquedas en sitios de confianza, todos insisten en afirmar que las profecías aparte de mal interpretadas, tienen errores de fechas y espacios. Eso fue como bálsamo para mi alma atribulada, puesto que ya estaba empezando a vender mis posesiones XD.

Pero desafortunadamente el daño ya está hecho y una ola de pánico disimulado se está extendiendo lentamente. Precisamente, llevo dos días sosteniendo conversaciones de MSN con el mismo tema: “El fin del mundo”. Lo peor es que mientras mas me empeño en decirles y demostrarles que las profecías están mal, más se empeñan ellos en decir que el fin del mundo está cerca.

¿Porque ese deseo de que el mundo se acabe? ¿Acaso tan feo es?. La respuesta es que el mundo es muy bonito, pero noticiarios llenos de violencia han hecho que lo consideremos sucio y feo.

Otros se aterran con el fin del mundo y hablan y hablan como si con eso fueran a evitar la extinción humana. Lo malo es que llegado el caso, si el fin del mundo llegara por cualquier razón, poco podemos hacer nosotros, ni siquiera con la mejor tecnología.

El gran Oliver Swift describe al pueblo de los Balnibarbas como un pueblo excesivamente preocupado por los acontecimientos estelares que pudiera afectar la existencia humana. Continúa diciendo el autor, que no logran disfrutar de su vida por estos miedos y que cuando conversan sobre ello, es como cuando los niños disfrutan oyendo cuentos de fantasmas y luego no quieren irse a dormir por miedo.

Una vez más Oliver Swift ha acertado con las conductas humanas. Nos hemos interesado tanto por el fin del mundo, que hemos pasado por alto los problemas más inmediatos, tales como el hambre en el mundo, la contaminación industrial o la misma indolencia humana y la perdida de contacto humano que estamos sufriendo gracias a la tecnología.

Si el fin se acerca y el mundo se va a acabar, ¿porque no aprovechar para disfrutar sanamente del mundo y ver lo mucho que estamos perdiendo?


Hasta la próxima ^_^

martes, 3 de marzo de 2009

DE LA CULPABILIDAD EN GENERAL

En estos días he estado pensando en todo lo que Dios y la vida me ha brindado y en lo afortunada que soy. He pensando en eso, porque la desgracia se ha acercado demasiado a mi puerta y eso ha motivado que esas preocupaciones existenciales salgan a flote.

El caso es que siempre que me sucedía algo feliz, alguien, invariablemente sacaba a flote un tema triste, de alguna manera para hacernos sentir tristes o para aumentar nuestra culpa. El mensaje era “siéntete culpable por estar tan feliz cuando alguien está triste”.

El primer caso oscila alrededor de la comida. Ante ti, está un delicioso plato lleno de comida deliciosa. Cuando te has alistado para comer y disfrutar, alguien, como si fuera un fantasma, suelta un doloroso suspiro y dice “Ayyyyyy, nosotros acá comiendo y pensar que hay niños en África que no tienen que comer”. Esta frase cae como una bomba en medio de la comida, todos ponen ojos tristes, y empiezan a comer, más no a disfrutar. No se podría disfrutar la comida luego de semejante frase, porque la culpa no nos deja, y realmente no tenemos derecho a tanta felicidad. El problema es que ni disfrutamos la comida, ni podemos enviársela a los niños del África.

Luego sigue el momento de la ropa. Si nunca, pero nunca, te das un gusto en el vestir, y un día ves un precioso vestido o unos zapatos espectaculares.. y ya vas sacando la tarjeta para pagar, llega ese “buen samaritano” y dice “Wow, con todo ese dinero, se podría comprar mucha ropa para los pobres”. Es obvio que luego, al ponerte ese vestido, pensarás en los pobres y en lo malvado que eres, al usar algo que podría servirle a un pobre.

Lo malo, es que de tanto escuchar esas frases, ya quedan grabadas en el subconsciente. Un ejemplo, cuando estás solo y quieres comerte un helado, ya automáticamente piensas “y los niños de África?”, eso basta para que no disfrutes tu helado. Cuánto daño ha hecho los buenos samaritanos que nos han impedido disfrutar tranquilamente de aquello a lo que tenemos derechos.

Y no se trata de indolencia. Porque estoy de acuerdo con muchas campañas para ayudar a los más necesitados. Por eso se debe dar aportaciones de alimentos y comidas cuando se necesitan. Pero, ¿realmente es saludable para nuestra salud mental, no poder disfrutar de una buena comida sin torturarnos con la culpa de tener algo que los demás no tienen? O la pregunta sería, torturarnos al comer, ¿realmente ayuda a los que no tienen que comer? .

La última pregunta sería, esos buenos samaritanos, ¿lo hacen con buena intención? ¿Sinceramente están pensando en los niños de África o en los pobres? ¿O es acaso la envidia de ver que los demás están disfrutando, lo que hace que traten de disminuir la felicidad, arrojando un baldado de agua fría y de tristeza?

Ahora que lo pienso, no era una sola pregunta XD


Hasta la próxima ^_^