domingo, 28 de diciembre de 2008

ESPECÍMENES DE FIN DE AÑO


Tomada de : http://www.elcolombiano.com/proyectos/navidad2001/caricaturas/agueros.htm


Ahhh fin de año, ya llega esa época temida por unos, amada por otros, odiada por algunos, indiferente para otros tantos. Personalmente no me gusta la fiesta de fin de año. Primero que todo no puedo abstraerme a un gusanillo interior que me dice que la vida se está acabando (es un pequeño pensamiento, pero me molesta bastante). Pero más que todo, la razón principal para ingnorar esta fecha, es la cantidad de personajes pintorescos que invaden las calles y las celebraciones, básicamente, estos espeluznantes especímenes se clasifican así:

El amante: 11.55 de la noche, alcohol por montones e inhibiciones por el suelo, esas podrían considerarse las causas germinantes de este engendro de las fiestas. Suele acosar por igual a mujeres, hombres, niños, ancianos, el loro de la casa, un perro callejero y los ratones de la azotea, declarándoles lo mucho que los ama, lo mucho que los amó el año presente, y lo mucho que los amará el siguiente año. Sus declaraciones de amor suelen venir acompañadas de besos pegajosos, verdaderos toneles de saliva asquerosa hediendo a alcohol y cigarro.

El culpable: Independiente de cuan malo sea, el culpable se declara causa de todo lo malo del mundo ¿Tembló? ¿Hay guerra? ¿Bush se lanza otra vez como presidente? Todas estas y otras maldades son causa de él y solo él. Siendo así, se pasa toda la fiesta, pidiendo perdón por sus pecados, humedeciendo los hombros ajenos con sus lágrimas, y convirtiéndose en un verdadero lastre de la fiesta, curiosamente, esa es la única culpa por la cual no pide perdón.

El perdonador: Este es el complemento del espécimen anterior. Suele perdonar y brindar absoluciones a diestra y siniestra. Suele pasar por los corrillos de gente, interrumpir la conversación y empezar un discurso que empieza mas o menos así: “En este fin de año, e inicio del nuevo, es bueno perdonar los errores de los demás y por eso les manifiesto que les perdono todos sus desplantes y todo lo malo que me hayan hecho”. Eso sonaría muy lindo, si no fuera porque el perdonador suele perdonar a gente que ni siquiera lo conoce.

El inclumplido: Este espécimen es el más común. Jura cumplir el otro año los propósitos que se hace el fin de año. El problema es que esos propósitos son los mismos que se hizo al inicio del año, así que la historia se repite en una paradoja universal (Bonus: Casi siempre esos propósitos son ir al gimnasio, aprender inglés, dejar algún vicio (fumar, tomar) y comprarse un carro)

El agüerista : Es desde lejos, el más cómico de los especímenes de fin de año. Dos días antes del 31 de diciembre, compra uvas, espigas, calzones amarillos y lentejas. Así que cuando el reloj da las doce, lo vemos correr por las calles, con la maleta llena, atragantándose de uvas, con las lentejas escurriéndosele del bolsillo y el borde los calzones amarillos asomándose sobre el pantalón (o falda)

El “Nostradamus”: Es el más loco, o por lo menos, el que tiene una veta suicida. Se pasa la noche repitiendo una y otra vez que el año siguiente será el fin del mundo, que la humanidad será extinta, y que nadie sobrevive. Sus declaraciones caen como baldes de agua fría entre los incumplidos, que precisamente esperan que el mundo no se acabe, para poder cumplir sus propósitos. Algunos profesan una religión, pero es más común que sus profecías se basen en un documental de la BBC sobre Nostradamus (u otro loco), y simplemente repiten como loros lo que oyen.

La esposa del borracho: Esta espécimen es la que más lástima causa. Suele acudir a la fiesta, tarde en la noche, con un montón de niños al lado suyo (opcional), a reclamar a su esposo borracho porque no ha llegado a casa. Según el tipo de asistentes a la fiesta, también puede armar un escándalo por una supuesta amante (sobre todo si en la fiesta hay jovencitas). Algunas son violentas y muelen al esposo a bofetadas. Luego de su presentación, la fiesta prácticamente se muere.

El “Pinza de amor”: Este es un bonus track, dedicado a mis vecinos. Son aquellos que luego de haber realizado todos los agüeros, salen corriendo hacia las casas vecinas a golpear puertas y abrazar a cuanto incauto se le atraviese en el camino. Sus abrazos suelen ocasionar efectos secundarios como por ejemplo falla en la respiración, costillas rotas y ocasionalmente muerte. Para los “grinch de fin de año” como yo, estos son los peores, y lo peor, es que se saltan la valla electrizada, las trampas para oso y el súper pegamento, son como las cucarachas.

Por eso este fin de año haré lo mismo que hago todos los años, me encerraré en mi habitación, me colocaré mis audífonos y me reventaré los tímpanos escuchando mis canciones favoritas. Todo sea para alejar de mi cabeza esa horrible melodía que repite “yo no olvido el año viejo… porque me ha dejado cosas muy buenas


Ahhh por cierto ...

¡¡¡¡ FELIZ AÑO !!!!

Hasta la próxima ^_^

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Feliz Año a ti también ^^.

Creo que se te olvida ese que, solo por estar en fiestas, se decica a tirar petardos allá donde vá... y especialmente donde pilla la noche del 31...

Estoy bastante de acuerdo contigo, puede que yo me incluya dentro de los "Incumplidos", pero poco a poco uno se va superando xD.

*Gracias por los comentarios del cubo ^^. Se intentará seguir en ese plan, y no lo digo como propósito para el año que viene xD. Ese tipo de cosas, simplemente sale xD.

Feliz Año!

A.- dijo...

jajaja ¡Menos mal que mi familia es pequeña y no tengo que soportar a todos esos seres que describes, jeje!
En mi casa no hacemos esas fiestas, pues siempre somos los mismos, es decir, solo la familia y sí celebramos, pero solo entre nosostros ¡Nada de vecinos!

Espero que tengas un bonito 2009.

¡Feliz año!